Cancún, Quintana Roo – Detrás de la fachada de empresario exitoso, Gabriel Antonio Dávila Alva, alias El Mañoso, tejió una red de engaños que ha dejado un rastro de víctimas en el sector privado y público. Desde futbolistas hasta contratistas y funcionarios del gobierno, todos cayeron en las trampas del presunto defraudador, quien habría utilizado su constructora como pantalla para apropiarse de millones de pesos destinados a proyectos que nunca se concretaron.

Uno de los casos más sonados involucra al futbolista Daniel Arreola, quien confió en Dávila para un proyecto de inversión y terminó estafado. Pero no solo inversionistas privados fueron engañados; incluso funcionarios como Pablo Gutiérrez, Secretario del Ayuntamiento de Cancún, fueron seducidos con promesas falsas que jamás se cumplieron.

Lo más grave es el destino de los fondos defraudados. Según diversas fuentes, en lugar de utilizarlos en las obras para las que fueron pagados, Dávila los desvió para financiar un exclusivo complejo de departamentos en Yucatán. Investigaciones sugieren que este proyecto inmobiliario no fue un esfuerzo individual, sino que contó con la participación de su pareja, quien presuntamente también se benefició del fraude.

Mientras los afectados veían sus proyectos detenidos y sus inversiones esfumadas, Dávila avanzaba en la construcción de su propio patrimonio, operando con total impunidad gracias a su cercanía con figuras influyentes.

Actualmente, Gabriel Dávila Alva está prófugo, acumulando múltiples denuncias por fraude y desvío de recursos. Las autoridades han intensificado la búsqueda, mientras sus víctimas claman por justicia.

Este caso se suma a una larga lista de estafas inmobiliarias en la región, evidenciando la urgencia de mayores controles y sanciones contra quienes abusan de la confianza de inversionistas y del dinero público.